Pasan Imprevistos Que Nos Alejan De Nuestros Objetivos O Retrasan El Momento De Alcanzarlos, ¿Es Lo Mismo Un Obstáculo Que Una Resistencia?
-Dos dificultades opuestas: una negativa, resistencia. La otra positiva: obstáculo… En la tierra, sin obstáculos las semillas se pudren. El viento, las lluvias, los pájaros, los insectos, las sequías, étc, ayudan a la vegetación a fortalecerse. En la vagina, el útero y las trompas, los espermatozoides deben luchar para poder llegar hasta el óvulo codiciado, así sus fuerzas aumentan. El ego, en nuestra psique es el obstáculo sagrado: debemos luchar toda la vida para tenerlo domado y que no nos arrastre hacia sus delirios. En esta contienda nuestro Ser esencial puede, paso a paso, manifestarse. Cuando alcanzamos la iluminación, ambos se funden en uno sólo, logrando la unidad. Unidad que nos abre las puertas del futuro y hace del universo entero nuestro territorio… En cambio las resistencias son escorias del pasado, embutidas en nuestra mente por la familia, la sociedad y la cultura. El cerebro rehuye el sufrimiento. Entre dos dolores elige siempre el menor. Conocer como un espectador objetivo la irrealidad de lo que consideramos nuestra identidad, nuestro ego, hace que de pronto se disuelvan todos los lazos neuróticos que nos atan infantilmente a parientes que, por ser también infantiles , giran alrededor de ellos mismos, creyendo que sus delirios de posesión son amor. Ese dolor es tan grande que a veces preferimos enfermarnos, morir o suicidarnos antes que enfrentarlo. Las resistencias se manifiestan con ataques de rabia, huidas, aislamientos, ocultamientos, depresiones… Son los muros que nos mantienen encerrados en el pasado. En este universo en perpetuo crecimiento, el que no avanza, retrocede.
Respuesta de Alejandro Jodorowsky a Plano Creativo
Cuando Alguien Sufre Y Yo Tengo Motivos Para Estar Feliz, ¿Debo Reprimirme Y Acompañar Su Sufrimiento?
-Hay dos clases de mentes: la mente personal y la mente transpersonal. La mente personal se vive como una isla, separada, comunicándose como puede con otras islas, siempre con miedo de ser invadida, poseída, robada. La mente transpersonal se vive como una parte de un todo, unida con las otras partes, siempre con la alegría de ser contactada, compartir, darse. Una es egoísta, la otra generosa… El individuo aislado, cuando sufre, cree que su sufrimiento lo llena totalmente, de tal modo que lo proyecta en el mundo entero. Es difícil que se consuele. Encerrado en su sentimiento negativo, queriendo que la realidad no sea lo que en verdad es sino lo que el desea que sea, de ninguna manera soportará que un amigo muestre felicidad, lo considerará una ofensa. Recuerdo que en 1954, París, un 14 de julio, fiesta nacional que se celebra con bailes en las calles, yo, de 24 años, mimo y bailarín, había congregado alrededor mío un gran grupo de espectadores, a los que , danzando con euforia, les mostraba mi felicidad de vivir. Interrumpió la alegría general un rabino macilento que con gritos de ira me insultó por esa “gran irresponsabilidad” de mostrarme feliz cuando había tal sufrimiento en el mundo por el exterminio de millones de sus hermanos. Nos lanzó un balde de agua fría, haciendo cesar el jolgorio. Este hombre no cesaba de añadir dolor a su dolor… Cuando se sale de la cárcel del ego y uno se une al universo entero, se respeta el dolor individual pero se le ve como una gota oscura en medio de un océano de luz. El cosmos es una fiesta continua, en él la muerte sólo es transformación, no exterminio. La mejor manera de sostener a un deudo, es rodearlo de energía vital. En el velorio de mi amigo Rolando Toro, creador de la bio-danza, cientos de sus discípulos bailaron alrededor de su ataúd. Cuando murió mi hijo Teo, y yo estaba con el corazón destrozado, mi amigo el fuerte karateka Jean Pierre Vigneau, dejó de impartir sus cursos y durante tres días, sin manifestar ninguna tristeza ni decir palabra, me acompañó, incluso en esas tres noches durmiendo en la alfombra, al lado de mi cama. Nunca comentó nada, nunca me dijo palabras de consuelo, nunca puso cara triste: su fortaleza y su actitud tranquila y silenciosa me permitieron resistir tales momentos. Por todo lo cual te aconsejo no reprimir tu felicidad interior, y que sin ninguna máscara de tristeza, acompañes al o a la que sufre, si es posible tomándol@ entre tus brazos para hacerle apoyar una oreja contra tu pecho en la zona del corazón. Así, los dos inmóviles, deja que los latidos de tu corazón le transmitan el éxtasis de la vida.
Respuesta de Alejandro Jodorowsky a una pregunta del Twitter
¿Cuál Es El Sentido De La Vida?
-Hace algunos años, el director del hospital neurológico de París, a quien yo no conocía, llegó a mi casa y me pidió que visitara a su esposa que, víctima del cáncer, estaba a punto de morir. “Ella ha leído sus libros y no quiere ver a ningún sacerdote, sólo desea hablar con usted”. Accedí a su pedido. La mujer estaba en un lecho del frío hospital, acabando de ingerir un puñado de píldoras. Sin decir una palabra, la tomé con delicadeza entre mis brazos, estrechándola con ternura. Su cuerpo frágil y huesudo se apoyó con alivio en el mío. Sentí su sed de relación humana, tan ajena a la actitud de los enfermeros. Al cabo de un rato largo, me murmuró: “¿Cuál es el sentido de la vida?” Le contesté, lo más dulcemente que pude: “La vida no tiene sentido”. Suspiró con alivio: “Es eso lo que quería oír”. Se durmió para morir horas más tarde… En realidad esa no era la respuesta que yo consideraba justa. En otras circunstancias, le hubiera contestado: “La finalidad de la vida, es vivirla”… Pero viéndola al final de su camino, sin haber encontrado en toda su existencia una razón para vivir, era inútil decirle aquello… Somos seres complejos, compuestos de tres diferentes energías, con diferentes idiomas: la intelectual, la emocional y la sexual, alojadas en el cuerpo, que también tiene su propio lenguaje. El intelecto se expresa con ideas, el centro emocional con sentimientos, el centro sexual con deseos y el cuerpo con necesidades. El individuo puede vivirse en sus cuatro centros, convirtiéndolos en unidad; o vivirse en tres, lo que es como caminar con un clavo en el zapato; o en dos, lo que es avanzar cojeando; o utilizando un solo centro, lo que es estar preso en un calabozo. La pregunta “¿Cual es el sentido de la vida?” surge del intelecto, centro compuesto sólo de palabras, que confundiendo el idioma con la realidad, no nos permite vivir en lo que es sino en lo que creemos que la realidad es. Por incapacidad de lograr que el mapa donde habita se convierta en el terreno real, llega a la conclusión que la vida no tiene sentido. El intelecto sirve para proponer los problemas, pero es incapaz de resolverlos. Para lograr gozar de la vida, el individuo tiene que enseñar a su mente a cesar de dialogar consigo misma, sumergiéndose en un silencio receptivo. Entonces, liberado de tratar de pensar lo impensable, se entrega a sentir la vida, primero que nada en su cuerpo, aceptando su simple animalidad y su misteriosa sabiduría orgánica conectada con la energía universal. Aprende a respirar con libertad, a gozar del movimiento, a desarrollar sus sentidos, a agradecer cada segundo de vida, comprendiendo que para que el todo sea eterno, la parte debe ser efímera. El sentido de la vida., desde el punto de vista corporal, es gozar la encarnación, viviendo la niñez, la juventud, la madurez y la vejez, como una eufórica experiencia. El sentido de la vida en el centro sexual es el placer en compañía y el éxtasis de crear. La meta vital del centro emocional, es el la unión con todo lo existente. Dijo un poeta sufí: “No hay más Dios que el Amor y la Bondad es su profeta”. Por fin, el sentido de la vida, cuando estas cuatro energías se unen, es desarrollar al más alto grado su conciencia , aquella que se integra a la Conciencia divina, energía impensable que crea incesante los universos. Dice el Talmud: “Preocúpate de lo que puedes saber y deja de lado las cosas misteriosas”. Sólo la Conciencia divina sabe cuál es la finalidad de su sagrada obra: a nosotros nos incumbe entregarnos a la danza vital. Le preguntaron a Lao Tse: “¿Que necesita usted para ser feliz?” Respondió: “No necesito nada: mi mayor felicidad es estar vivo”.
Respuesta de Alejandro Jodorowsky a una pregunta del Twitter
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